Following Witte de With’s 25th year anniversary, Rotterdam-based artist duo Bik Van der Pol is invited by Witte de With Director, Defne Ayas, to highlight what might otherwise become lost in both the history of the institution as well as art’s history in the city of Rotterdam. Paying close attention to the socio-economic and political context in which the institution was created, and departing from the belief that cultural institutions and their legacies are as much made up of stories, ephemeral objects, and subtle traces, Bik Van der Pol’s process can be likened to a long term forensic investigation that examines, tests and actively exposes that which lies concealed in the folds of history.
The exhibition consisted of a replacement of the institution’s archive and storage in its exposition space. The archive shelves were literally placed in the halls of the museum, and the artworks weren’t openly exposed, rather they were showcased still packed in their storage boxes as they would appear in the institution archive – with the exception of some very important ones. Periodically, in turns, these boxes were opened to give the public the sensation or really re-discovering the artworks, his creator, and the context in which it was made.
Trad: Tras el 25º aniversario de Witte de With, el dúo de artistas afincado en Rotterdam Bik Van der Pol ha sido invitado por la directora de Witte de With, Defne Ayas, a destacar lo que de otro modo podría perderse tanto en la historia de la institución como en la historia del arte en la ciudad de Rotterdam. Prestando especial atención al contexto socioeconómico y político en el que se creó la institución, y partiendo de la creencia de que las instituciones culturales y sus legados están formados por historias, objetos efímeros y rastros sutiles, el proceso de Bik Van der Pol puede compararse con una investigación forense a largo plazo que examina, pone a prueba y expone activamente lo que se oculta en los pliegues de la historia.
La exposición consistió en una reposición del archivo y el almacenamiento de la institución en su espacio expositivo. Las estanterías del archivo se colocaron literalmente en los pasillos del museo, y las obras de arte no se expusieron abiertamente, sino que se mostraron aún embaladas en sus cajas de almacenamiento, tal y como aparecerían en el archivo de la institución - a excepción de algunas muy importantes. Periódicamente, por turnos, estas cajas se abrían para que el público tuviera la sensación de redescubrir la obra, su creador y el contexto en el que se realizó.