On Translation: The Games

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Descripción / Sinopsis

Proyecto que explora la compleja semiótica de las Olimpiadas: los códigos sígnicos de cada país, las asimetrías económicas trasladadas desde el territorio político al ámbito lingüístico y al estrictamente deportivo, y las superabundancia de humanos y banderas que se mezclan con los logotipos y marcas. La figura del traductor, con su importancia comunicativa y con su falta de simultaneidad y protagonismo, constituye una metáfora perfecta para comprender las fisuras entre los poderes mediáticos y las audiencias, entre la intención de concordia global y la fiereza de las propias competiciones e incluso de las relaciones diplomáticas entre los distintos países.

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Mercader, A (ed.). (1998). Muntadas Proyectos. Madrid: Fundación Arte y Tecnología.

  • The Atlanta College of Art Gallery, 1996 (con la colaboración del 1996 Olympic Arts Festival)

Instalación referida en parte a la propia circunstancia de su presentación dentro del Festival de las Artes de los Juegos Olímpicos de Atlanta de 1996. Este acontecimiento mayor –deportivo, mediático y, en cierto modo, diplomático (cozmo ejercicios de concordia y distensión en aras del “juego limpio”)– proporciona diversos motivos para extenderse en las diversas acepciones y facetas de la traducción que se pretenden abarcar en el proyecto abierto On Translation. Así, además de los factores de interpretación y comunicación que intervienen en su acepción más habitual – la que concierne al lenguaje verbal– , OT: The Games considera otros sistemas de signos códigos, tecnologías, patrones y emociones en un mundo entre globalizado y glocalizado.  

El elemento central de la instalación es una cabina acristalada de grandes dimensiones, invirtiendo la disposición periférica y la presencia discreta de las cabinas insonorizadas donde se ubican los profesionales de la traducción simultánea.

La invisibilidad, el anonimato público de éstos, se invierte igualmente mediante un proyección de vídeo sobre una pantalla sesgada en el hermético interior de la cabina: entrevistas con ocho traductores-intérpretes, y planos intercalados de su actividad mediadora, monótona y aislada, a fin de des-aislar a los demás y avivar el intercambio.

Sus voces no son audibles, sin embargo, y lo que dicen se escucha por boca de otro intérprete que habla en vietnamita (el país con menor número de delegados en la anterior Olimpiada). Unos auriculares que cuelgan de los laterales de la cabina proporcionan una traducción inversa del vietnamita al estándar angloamericano.

A intervalos se escucha una mescolanza de himnos nacionales: Himnes dels himnes, pieza sonora de Muntadas y Victor Nubla.

Cuatro relojes idénticos, enfrentados dos a dos en las cuatro paredes de la sala, indican la hora en Atlanta y en la cuna de las Olimpiadas, Atenas, y en las sedes olímpicas precedente y subsiguiente de Barcelona y Sydney.

La profusión de enseñas e himnos, logos y marcas, señales y rótulos, indicativos y avisos,… más otros aspectos propios de un macroacontecimiento universalista tal, motivan una serie de 16 tableros icónicos en las paredes de la sala.

El marco de cada tablero ha sido pintado con un color normalizado perteneciente a la paleta oficial del Comité para los Juegos Olímpicos de Atlanta.

 

Installation referring in part to the circumstances of its own presentation within the Arts Festival of the 1996 Olympic Games of Atlanta. This major event – with sporting, media and, to a certain extent, diplomatic facets (as exercises of concord and goodwill in the interests of "fair play") – provides several motives for delving into the various meanings and facets of translation to be dealt with in the open project On Translation. Thus, besides the factors of interpretation and communication in their most habitual sense – in terms of verbal language – OT: The Games considers other systems of signs, codes, technologies, standards and emotions in a world midway between globalised and glocalised.

The central element of the installation is a large glass-wall booth, a scheme that inverts the dimensions and privacy of the soundproofed booths where simultaneous translators work.

The invisibility, the public anonymity of the latter is also inverted by a video projection over a slanting screen in the booth's airtight interior: interviews with eight translators-interpreters with interspersed shots of their mediating, monotonous and isolated activity, to the end of de-isolating them from the rest and livening up the interchange.

Their voices are not audible, however, and what they are saying is heard from the lips of another interpreter speaking Vietnamese (the language of the country with fewest participants in the last Olympics). Some earphones hanging from the booth walls give an inverse translation of the Vietnamese into standard Anglo-American.

At intervals a mishmash of national anthems is heard: Himne dels himnes, a soundtrack by Muntadas and Victor Nubla.

Four identical clocks, in facing pairs on all four walls, show the time in Atlanta and in the cradle of the Olympic Games, Athens, and in the preceding and subsequent Olympic cities of Barcelona and Sydney.

A profusion of emblems and anthems, logos and brands, signs and notices…plus other aspects proper of such a universal macro-event, fill a series of picture boards on the room walls.

The frame of each board has been painted with the standardised colour of the Committee for the Atlanta Olympic Games.