Por Pablo Santa Olalla
«No dubtis mai dels camins escollits i fes el que vulguis!», Antoni Mercader
Con mucha tristeza, pero con una sonrisa por su recuerdo, despedimos a Antoni Mercader (Banyoles, 1941 – Sant Just Desvern, 2025), una figura destacada en el ecosistema nacional del arte y el audiovisual, el cual ayudó a configurar con su actividad sostenida por más de sesenta años. Amigo querido, quizás el concepto más adecuado para definir tanto su trabajo como su forma de ser, que recordaremos con cariño, sea la prudencia, tanto por su cuidado y comedimiento como por su sensatez y buen juicio.
Doctor en comunicación audiovisual, profesor universitario e historiador de la cultura multimedia, su trabajo conectivo y organizativo sucedió en un buscado segundo plano, retirándose y operando por detrás para ofrecer a las prácticas audiovisuales y artísticas contemporáneas el espacio que merecen. Vista en perspectiva, su trayectoria es extraordinaria. Cualquier biografía será necesariamente incompleta, pero merece la pena intentar un esbozo, destacando algunos hitos relevantes a lo largo de las décadas.
Todavía como estudiante de ingeniería industrial, en 1963 Mercader participó de algunas exposiciones de pintura. Pronto coorganizó la exposición colectiva «Machines» (1964), junto a otros jóvenes artistas como Raimon Camprubí, Joan Escriba, Jordi Galí, Jordi Huguet, Antoni Muntadas (con quien mantuvo una estrecha amistad durante toda la vida) y Joaquim Prats. Alternaban en el café Oro del Rin y, a veces, en el Nariguts Club. Saltando del informalismo al pop, y presentada por Joan Brossa en su catálogo, «Machines» exhibía las pinturas de estos artistas junto a máquinas experimentales traídas de la Escuela de Ingenieros Industriales de Barcelona, todo ello bajo un ambiente musical de Oms, Mestres Quadreny, Stockhausen y Eimert. Quedaba en evidencia una voluntad experimental que marcaría la trayectoria posterior.
Entre los años 1973 y 1975, Mercader participó del Grup de Treball, un colectivo politizado de arte conceptual, clave para el avance de la contemporaneidad artística catalana y española. Entre los miembros variables del grupo, se encontraban Francesc Abad, Jordi Benito, Alicia Fingerhut, Xavier Franquesa, Carles Hac Mor, Imma Julián, Muntadas, Santi Pau, Pere Portabella, Àngels Ribé, Manuel Rovira, Carles Santos, Dorothée Selz y Francesc Torres. Se suele recordar la polémica en prensa del Grup de Treball con Tàpies; pero cabe destacar, por encima de la anécdota, la voluntad de actualización del campo artístico local, y el trabajo sectorial realizado por el grupo. Acciones como las muestras «Informació d’Art» en Banyoles, Tarragona y Terrassa todavía hoy resultan innovadoras por su iniciativa de ofrecer documentación y medios de reproducción abiertos al público. Mercader ejerció como archivero, organizador y conservador de la actividad del Grup de Treball a lo largo de los años; actividad que supo dejar a buen recaudo en las colecciones del MACBA y el MNCARS.
En colaboración con Eugeni Bonet, Joaquim Dols y Muntadas, Mercader fue uno de los pioneros en el tratamiento teórico-práctico del vídeoarte en España. En 1976, estos agentes editaron el Dossier: Video, un análisis sobre este medio tecnológico basado en los materiales compilados durante unas sesiones que habían coordinado en el Institut del Teatre. Este dossier serviría, pocos años después, para la publicación de En torno al vídeo (1980), libro necesario para entender lo que Mercader denominaba entonces como «audiovisual magnético», para separarlo del cine, pero asegurándose también de no confundirlo con el mass media imperante: la televisión comercial.
Durante los primeros años ochenta, Mercader mantuvo su interés en estas dos líneas: la experimentación artística, y el audiovisual electrónico. Muerto Franco, entrada la transición, y con una España en clara deriva europeísta, en el campo del arte se producía el conocido como «retorno a la pintura». Pero Mercader, actuando como crítico y comisario, colaboró en la organización de exposiciones como «Fuera de formato» (1983) o «Barcelona, París New, York. El camí de dotze artistes catalans 1960-1980» (1985), en las que su presencia aseguró un hilo de continuidad entre los conceptualismos históricos y los post y neoconceptualismos que desde entonces marcan la contemporaneidad artística, tal y como podemos observar en nuestros centros de arte más cercanos.
Por otra parte, en esos primeros ochenta, Mercader fundó Videografia, una distribuidora de videoarte y, al mismo tiempo, también una escuela de vídeo. Con sus conexiones internacionales, por ejemplo, con la distribuidora estadounidense Electronic Arts Intermix, o con el festival de vídeo de Montbeliard, en Francia, fue un agente destacado para el vídeo nacional. Entre muchas otras acciones, entre 1982 y 1984 ayudó a conformar las secciones de vídeo del Festival de Cine de San Sebastián. En esos años, Mercader era una figura destacada en el ámbito del vídeo, y no dejó de actualizarse conforme el sector evolucionaba. En 1984, su ponencia para el simposio «Nuevas tecnologías en la vida cultural española», auspiciado por el Ministerio de Cultura, ampliaba la videografía hacia la «imagen electrónica», incluyendo el giro digital e informatizado. Todo ello, sin abandonar ciertos posicionamientos críticos y sectoriales para reclamar medios de formación, experimentación y divulgación sostenidos públicamente.
En los años noventa, Mercader inició su trayectoria como docente universitario. Se doctoró hacia el final de la década, con una tesis hipertextual titulada De la pràctica artística a la comunicació audiovisual i multimèdia (1999), que subrayaba su interés por los usos culturales de los últimos avances en tecnologías de información y comunicación. También pasó a formar parte del grupo de investigación Learning, Media & Social Interactions (LMI) de la Universitat de Barcelona. Entre numerosas actividades y exposiciones (cabe destacar, en 1996, la exposición «Des/Aparicions» de Muntadas, en Santa Mònica), coordinó la Mediateca de La Caixa, un repositorio en línea activado en 2001 que ofrecía acceso abierto a proyectos audiovisuales y de Net.Art. Aunque en 2013 esta mediateca se desactivó, no sin provocar cierto revuelo, hoy en día, gracias a la perseverancia de Mercader, es públicamente accesible desde el Centro de Estudios y Documentación del MACBA.
La posición de Mercader en la academia reunió nuevamente sus intereses por las nuevas tecnologías y por la genealogía del arte experimental y conceptual. En 2007 dirigió el proyecto de investigación Vivid [Radical] Memory, una base de datos en internet alimentada a través de una serie de encuentros entre historiadores e historiadoras en torno a las prácticas del conceptualismo de territorios descentrados, como América Latina, Europa del Este o España. Esta iniciativa conectiva serviría de base para que, poco después, los y las agentes procedentes de América Latina se organizasen, estableciendo la Red de Conceptualismos del Sur, un importante entramado internacional de investigación y recuperación de la memoria del arte conceptual. Mercader participó de los primeros pasos de esta red, ofreciendo perspectivas sobre los procesos de patrimonialización de los archivos de arte contemporáneo, que tan bien conocía por su experiencia.
Experto en comunicación, Antoni Mercader fue también un dedicado promotor de enlaces y ensamblajes. Con su amplio conocimiento, pero sobre todo con sus capacidades para generar estructuras activas para la salvaguarda y la difusión de la cultura actual, en 2011 promovió la creación de la Associació Arxiu Muntadas. Centre d’Estudis i Recerca (ARXIU/AM). Esta institución sin ánimo de lucro, cuyos objetivos son organizar y presentar al público los numerosos materiales compilados en torno a la obra de Antoni Muntadas, es al mismo tiempo un proyecto particular y colectivo, un archivo vivo y abierto a personas interesadas en el arte contemporáneo.
ARXIU/AM es el espacio al cual Mercader decidió donar su biblioteca, que se encuentra accesible al público bajo consulta. Esta biblioteca será, sin duda, un patrimonio útil para descubrir la historia de estas seis décadas de audiovisual nacional que tan rápidamente hemos trazado a través de su persona.