Desde hace casi treinta años me interesa la cuestión del “vídeo”. Seguí su historia, casi en su totalidad, y acompañé sus muy diversas formas, obras y pensamientos. Durante mucho tiempo pensé que podríamos intentar responder a la pregunta ontológica “¿Qué es el vídeo?” », como hemos podido hacer con el cine o la fotografía. […]
[…] Pero hoy esto ya no me parece posible, teóricamente hablando. Las razones de ello, así como el hilo conductor, las encontraremos a lo largo de los quince textos aquí recogidos, que he escrito a lo largo de los años, y que se organizan en cuatro partes sucesivas: “Vídeo y teoría de las imágenes”, “Cine y vídeo”, “Jean-Luc Godard”, “Vídeo y arte contemporáneo”. Parto de un postulado: a pesar de las apariencias y la facilidad de uso, no existe una especificidad real para el vídeo. Ni como imagen ni como dispositivo. De ahí la tesis que surge de esto y que subyace al libro: el “vídeo” no es un objeto (una cosa en sí misma, su propio cuerpo), es un estado. Un estado de la imagen (en general). Una imagen-estado , es decir una forma que piensa (y que permite pensar). El vídeo piensa (o nos permite pensar) qué son (o hacen) las imágenes.Todas las imágenes. Y en particular –esto es lo que aquí se desarrolla– las imágenes cinematográficas. Y las imágenes del arte (contemporáneo). A lo largo de los textos veremos esta idea de que el vídeo es siempre un medio para cuestionar, para practicar la experiencia de mirar, para convertirla en un evento de imagen. Como tal, el “video” es y sigue siendo, fundamentalmente, una pregunta, de ninguna manera una respuesta. Doctor.