Este texto, escrito por Muntadas en 1990, reflexiona sobre el papel del artista en relación con la tecnología y los espacios virtuales o simulados. Es un llamado a que los artistas mantengan su autonomía crítica frente a la tecnología. Aunque cambien los medios y los espacios de creación, la función del artista como observador, cuestionador y activador de nuevas perspectivas no debe cambiar.
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Descubrimiento del espacio virtual a través de la tecnología:
Muntadas comienza señalando que los avances tecnológicos permiten la creación de “espacios virtuales”, espacios que existen gracias a la tecnología misma. Los artistas, por tanto, deben adaptarse y redefinir su rol para poder trabajar en este nuevo ámbito. -
Función crítica del artista:
Aunque se desarrollen nuevas herramientas y procesos, el artista no debe limitarse a usarlas de forma decorativa o instrumental (por ejemplo, para publicidad, política o proyectos comerciales). Su función sigue siendo reflexiva y crítica: cuestionar, catalizar y abrir nuevas posibilidades. -
No creer ciegamente en el entorno virtual:
El texto insiste en que los artistas deben actuar como “no creyentes” en los espacios virtuales: no aceptar pasivamente la realidad que la tecnología presenta, sino mantener un espíritu crítico. -
Importancia del contexto:
Aunque la tecnología cambia el “paisaje” (el medio o espacio de creación), el artista debe seguir trabajando con conciencia de contexto, entendiendo que sus obras surgen de circunstancias específicas, incluso en entornos virtuales. -
Tres obligaciones del artista en espacios simulados:
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Entender el espacio virtual.
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Conocer las herramientas y sus capacidades dentro de ese espacio.
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Mantener una actitud crítica, actuando como no creyente.
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