174465
En 1876, Alexander Graham Bell patentó el teléfono (patente número 174.465), aunque en el año 2002 el Congreso de los Estados Unidos de América reconoció que su verdadero inventor fue Antonio Meucci, quien en 1854 construyó un primer prototipo cuya patente no formalizó por tener dificultades económicas. El teléfono se convirtió en uno de los inventos que revolucionarían las tecnologías de la comunicación. En los años siguientes, los teléfonos llegaron progresivamente a los hogares y también a las calles, convirtiéndose así durante décadas y por ley en un servicio universal obligatorio.
En el año 2021 se aprobó la nueva ley estatal de telecomunicaciones que conllevará la desaparición de los teléfonos públicos del paisaje urbano. Se estima que en la ciudad de Barcelona quedan aproximadamente medio millar de teléfonos públicos, aunque en la actualidad no son más que fósiles fuera de funcionamiento, ubicados en las aceras e ignorados por la mayoría de transeúntes.
La propuesta presentada propone realizar una cartografía fotográfica de dichas cabinas que se convierten así en un inesperado elemento en el que depositar nuestra atención. Junto a las imágenes de las cabinas, un archivo de transcripciones de conversaciones telefónicas que podrían haber tenido lugar en algún momento del pasado. Se trata pues, de un alto en el camino al atravesar el epicentro de una gran urbe, de observar con detenimiento aquello que nadie mira y registrar el instante previo a la extinción.
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